El mundo ha cambiado, la sociedad ha cambiado, el mercado ha cambiado y por supuesto los clientes han cambiado. Es suficiente con unos pocos años en el mercado laboral para darse cuenta que pocas son como eran antes.
¿5 razones son pocas para tener una web en tu negocio? Sí, podríamos encontrar muchas más, pero vamos a resumir las más importantes.
- Visibilidad.
Si no te veo, no existes. La gente buscamos en internet antes de gastar nuestro dinero, nos gusta comparar, obtener el máximo de información del producto o servicio antes de comprarlo. Incluso nos gusta mirar en la web de nuestra tienda favorita, de nuestra peluquería o nuestro fisioterapeuta en busca de novedades o información.
- Imagen.
Si la primera impresión es la que cuenta, una web será la primera impresión que tengan de ti, y está es muy importante. Lo primero que hace cualquier cliente es buscar nuestra web. Lo hacemos todos, o casi todos, y la valoración que hagan de nuestra web será la que tengan de nuestro negocio, al menos, antes de probar nuestro producto.
- Posibilidades ilimitadas.
Desea algo, se creativo, imagina, y hazlo a través de tu web. No hay límites. Hoy la informática nos permite programar una solución para cada necesidad, podemos plasmar nuestros sueños en una pantalla y ofrecérselos al mundo. Todas las ideas tienen cabida en el idioma de los ceros y unos.
- Abierta 24 horas.
Nuestra web es el trabajador incansable, disponible 24 horas al día, 7 días a la semana y 365 días al año en cualquier móvil, tablet, ordenador o dispositivo en cualquier parte del mundo. Puedes cerrar una venta un sábado a las dos de la mañana, encontrar un nuevo cliente en noche vieja o durante tus vacaciones. No se cierra.
- Rentabilidad.
Pocas inversiones llegan a ser tan rentables. Sin duda es la forma de hacer publicidad más eficaz y eficiente, siempre y cuando contemos con un diseño y desarrollo web profesional y adecuado a nuestras necesidades. Ahorra tiempo y trabajo, puedes recoger los datos de tus clientes sin esfuerzo, realizar una venta sin mover un dedo o poner a disposición del cliente toda la información que necesita mientras haces otras tareas.